La Lista de Mayo: ¡Viva Eurovisión!



Mayo es el mes marcado a fuego en todos los calendarios del mundo del pop europeo, porque (además de ser mi cumpleaños) se celebra uno de los acontecimientos musicales del año, Eurovisión. “El mayor escenario del mundo”, “una de las mayores audiencias de la televisión”, se califica de muchas maneras al certamen europeo, pero no hay que olvidar que este es un programa de música.
Por eso, hoy vengo a reivindicar los temazos de Eurovisión, esas canciones que serán olvidadas por algunos, pero que mucha otra gente incluirá en sus listas de reproducción de Spotify. Es por eso que La Lista de este mes va dedicada a esos temas que no ganaron, pero que triunfaron en nuestros reproductores de música.
Temazos discotequeros


Si pensamos en Eurovisión, necesariamente tenemos que pensar en música de baile. Eso que denominan como una “canción eurovisiva” con producción cañera, más o menos vozarrón y un estribillo que enganche. Ese tipo de canciones que seguirán sonando durante todo el verano en los bares de ambiente y harán las delicias de los más discotequeros. Y es que hay mucho más donde elegir fuera de Euphoria.
El año pasado Macedonia nos trajo Dance Alone, que me ha acompañado en mis sesiones de gimnasio durante este año. No consiguió pasar ni a la final, pero era sin duda un temón. Como lo fue también This Is Love de Grecia o Hey Mamma de Moldavia. Que sí, que el momento boda era un poco too much, pero los toques house que tiene la canción eran un chute de energía, eso es así. Aunque, sin duda, todos recordaréis el mítico La La Love de Ivi Adamou de Chipre. Sin duda, uno de los trallazos del verano de 2012.
¿Quién dijo que en Eurovisión no hay rock?


Parece que nunca asociamos el rock al festival europeo, pero nada más lejos de la realidad. A veces más, a veces menos, pero cada año hay algún país que se atreve a salirse de la línea y plantear una propuesta diferente. Y no nos engañemos, si lo que haces está lo suficientemente bien planteado, pueden salirte muy bien las cosas como pasó con Lordi en 2006.
Macedonia llevó un muy buen tema llamado Next Time en 2009 y Georgia y su representante Nina Sublatti también lo hicieron con Warrior en 2015. Turquía también se atrevió con la potente We Could Be The Same. Aunque para mí fue en 2016 cuando directamente una canción rock se merecía ganar de nuevo Eurovisión y esa fue Chipre, con Alter Ego de Minus One, un tema muy potente que sigue sonando en mi móvil a estas alturas.
Las grades divas


Por supuesto, tenía que haber un lugar especial para esas mujeres, divas con pelazo y vestidos increíbles. Ellas. Porque una gran balada no se canta igual si no le pones un ventilador y una explosión de luz en el obligado agudo final. Aquí tenemos para dar y regalar y en España somos ya expertos, en parte, porque nos cuesta competir en buenas producciones, pero de voces andamos sobrados.
Aunque ha habido otras, las candidaturas más potentes de este género para mí fueron sin duda Pastora Soler con Quédate Conmigo y Ruth Lorenzo con Dancing In The Rain (pese a que la canción no me entusiasmara). Australia también llevó a su diva eurovisiva en 2016 con el baladón que es Sound Of Silence. También cabe la modalidad a dos, como la ganadora de 2011 Running Scared, pero que no suele destacar, salvo contadas veces como en Never Forget de Greta Salome & Jonsi.

“Esto no es eurovisivo”


Luego están esas canciones que, de primeras, podría no encajarnos en Eurovisión, pero que después funcionan a las mil maravillas al ser algo que no es común en ese escenario. Aquí abarco desde el misterioso City Lights de Blanche, hasta el eletro latino que llevó Rumanía con Zaleilah en 2012.
En este grupo podríamos meter canciones irónicamente a las ganadoras de los dos últimos años; por lo que podemos decir que lo eurovisivo dejó de serlo hace tiempo. Frans destacó en su año con el midtempo If I Were Sorry y, después de su hipnótica actuación, Rhythm Inside de Löic Nottet fue directa a mi lista de reproducción.

Los que pudieron ser y no fueron


En Eurovisión hay grandes temazos, de eso estamos de acuerdo, pero en la fase de la preselección, también hay un mundo de canciones que son tan buenas o mejores que las que llegan a competir en el escenario. Por eso, no quería acabar la entrada sin darles un hueco, porque sí, porque se lo merecen. No olvidemos que nada menos que Kerli intentó ir a Eurovisión con Spirit Animal.
Otro tema que no pudo salir de mi cabeza durante mucho tiempo es Busy Doin’ Nothin’, un tema movido que pudo llevar Suecia hace 4 años. Probablemente lo hizo porque ganar tantas veces seguidas ya sería abusar. Suecia y su Melodifestivalen se han convertido en un acontecimiento en la previa del festival, aunque eso no quiera decir que siempre elijan a la mejor. Fue el año pasado cuando dejaron pasar la oportunidad de volver a ganar con Statements, un temazo tremendo que iba a devolver a Loreen a la posición que se merece.
Aunque la gran oportunidad la perdimos nosotros con Brequette y su Más. Comenzando como una balada, el tema crecía hasta convertirse en una explosión de electrónica que la cantante sabía acompañar con su potente voz y ese punto de locura que tanto traspasaba la pantalla. Nos conformaremos con haber estado primeros en apuestas durante algo más de una hora, lo que tardó en terminar la gala de preselección.
En la lista de reproducción de Spotify podréis encontrar todas las canciones que he nombrado y muchas otras más, como el house oscuro de Heartbeat de Justs Sirmais, L'Amore E Femmina de Nina Zilli o Childen Of The Universe, con la que Reino Unido cerró la gala de 2014.

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