La televisión autonómica rara
vez tiene repercusión a nivel nacional (al margen de temas políticos). Pero es
verdad que TV3 ha sabido de vez en cuando sorprender con ficciones valientes,
que han sorprendido, dando el salto a televisiones de mayor alcance. Ya ocurrió
con Pulseras Rojas (Polseres Vermelles), “la historia que
emocionó a Steven Spielberg”.
Sin embargo, fue hace unos años
cuando en mi opinión lanzaron una de sus mejores apuestas: Merlí. La serie ha cosechado
grandes éxitos con sus tres temporadas, vendiendo sus derechos de distribución
tanto a Atresmedia como a Netflix. Pero, ¿qué hace a esta serie tan especial?
El Hank Moody
catalán
Californication es una serie de 2007 que centraba su trama alrededor
de un escritor fracasado, con talento, descuidado y mujeriego. Hank Moody era
el principal atractivo de la serie, porque era un hombre que no se regía por
las reglas éticas que la mayoría de la sociedad sigue. De alguna forma, es un personaje aspiracional que, aunque a veces nos
cree algo de rechazo, hace lo que nosotros no nos atrevemos.
Este es un juego muy común en
las series americanas. Charlie Seen de Two
And A Half Men o Brian de Queer As
Folk, salvando las distancias, son ese tipo de personaje. Es ese perfil el
que define a Merlí, un hombre interesante e interesado, algo machista a la hora
de ligar y que mira primero por su bien. Un personaje que, en definitiva,
engancha.
Física o
Química o Filosofía
Merlí era,
además, una serie necesaria. Durante mucho tiempo tuvimos propuestas con
personajes jóvenes, tramas de instituto y problemas de la vida real (plasmadas
con más o menos acierto). SMS, Física o Química, incluso Los Serrano han formado parte de nuestro
día a día. Pero de un tiempo a esta parte, esos actores han ido creciendo y la comodidad de apostar siempre por las
mismas caras ha hecho que los espectadores más jóvenes no se vean representados. Precisamente ese es uno de los secretos del éxito de programas como OT.
La serie de
TV3 cubre ese hueco. Un aula de filosofía llena de hormonas con personajes de
todo tipo. Al margen de los amores y desamores, que los hay, logra dar a cada
alumno una personalidad trabajada, compleja y con motivaciones reales. Un
elenco con el que sentirse identificado, que representa el descubrimiento de la
sexualidad, los problemas económicos o las dudas para decidir su futuro,
tomando como referencia la década en la que nos encontramos.
El Club de los
Poetas Muertos como el referente al que aspirar
Como tercer
componente de esta coctelera no podía faltar la película de Robin Williams.
Porque ante todo, el foco de la acción se encuentra en una clase y es ahí donde
se desencadena la evolución de los personajes. Volvemos a ver el caso, tan
acertado como siempre, de un profesor que consigue motivar a sus alumnos a
pesar de la desgana del resto del claustro. El
Club de los Poetas Muertos, Los
Chicos del Coro y también Merlí consiguen
dejar un poso de esperanza y de ganas de cambiar las cosas en el espectador.
Y esto es
interesante porque Merlí consigue ese
sentimiento no solo en relación a la educación en España, sino también si
miramos a la ficción de nuestro país. La
serie creada por Héctor Lozano está escrita con mucha inteligencia, haciendo
que el propio espectador aprenda sin sentirse subestimado. Porque si El Ministerio del Tiempo conseguía que
nos interesáramos por la historia, Merlí
lo hace con la filosofía. Cada capítulo está dedicado a un pensador que será el
protagonista de la lección, haciendo que aprendamos sobre él y sirviendo,
además, como detonante que hará cambiar a uno de los personajes. Es,
sencillamente, genial.
Merlí es la serie que necesitábamos, sin
ni siquiera saberlo. Una ficción nacida
con el dinero del que dispone una cadena autonómica, que sabe aprender de
referentes tanto nacionales como internacionales. Así, nos encontramos con
un protagonista carismático, en un instituto lleno de personajes complejos que
representan la realidad actual de nuestra sociedad y que nos enseña, además de
filosofía, que una televisión inteligente es posible, independientemente del
presupuesto.

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