El mundo de los colores encierra muchísima simbología. Está demostrado
el efecto psicológico que provoca en nuestra mente ver según que tonalidades.
Que el rojo recuerda a la pasión y el azul a la tranquilidad es solo quedarse
en la superficie. No es casualidad que el color que representa el feminismo sea
el morado, de la misma forma que no es casualidad que el envase de los
productos “Premium” tengan elementos en negro y dorado. Precisamente es el
dorado el color que Kylie Minogue ha escogido para dar título a su decimocuarto
álbum: Golden.
Fue en 2014 cuando la australiana lanzó Kiss Me Once, cuatro
años después del fantástico Aphrodite. Sin embargo, en este caso no
corrió la misma suerte, con una promoción descafeinada y una acogida muy muy
discreta. La sensación de que Kylie ya no tenía el mismo status en la industria era inevitable.
Parece, además, que últimamente en su vida personal tampoco ha disfrutado de una gran
suerte.
Dancing, el primer single de
esta nueva etapa, llega en medio de todo esto. Pero la cantante nunca ha sido
de regodearse en las penas. Al contrario, ella es experta en mantener la
sonrisa a pesar de todo. De eso va este fantástico tema, de bailar siempre y
pase lo que pase, acompañado con una mezcla de guitarras y dance made in Kylie
que te hace no poder parar.
El sonido, es uno de los elementos que más llama la atención de esta
nueva apuesta, que tras escuchar todo el disco, está todavía más patente. La tendencia del country-pop está cada vez
más establecida y, tras el experimento de Justin Timberlake, Minogue busca
hacer su propia fusión.
Es así cómo sin nadie esperarlo, Kylie se adentra en Nashville y nos trae
un sonido nunca antes visto en ella. Aunque curiosamente, el dorado es uno de los pocos colores que no pueden mezclarse con
otros. Y es que el country está muy presente en Golden, pero en
ningún momento se pierde la esencia Kylie Minogue. Es el caso de Stop Me
From Falling o A Lifetime to Repair, dos fantásticos temas bailables donde habla de no caer y de reparar, porque si algo inunda todo el
álbum es positivismo.
Pero es sin duda la canción Golden una de las que encierra más significado en lo que Kylie quiere contar. El
dorado es el color que identifica los 50 años, las Bodas de Oro, “Las Chicas de
Oro”, son todo referencias a la edad, a dejar de ser joven. En
todo el álbum se respira un aire de nostalgia y melancolía. Sin embargo,
este tema es un canto a la vida, a disfrutar de cada momento. Porque si Rihanna
brilla como diamantes, ella quiere brillar como el oro, como las estrellas. Y lo hace mezclando esos sonidos de guitarras con elementos R&B y aires tribales.
Y es por eso que en Sincerely Yours y One Last Kiss dedica
una carta despedida a la antigua Kylie, a esa vida, pero también a nosotros
como público. Una especie de punto y seguido porque, como dice en el tema,
“siempre volverá”; simplemente hay veces que necesita esconderse. Aunque es en
la segunda donde de verdad la producción acompaña al mensaje y las guitarras
toman el protagonismo. Recordemos que es la instrumentación orgánica del
country la que consigue dar ese aire de nostalgia.
Tras una fase algo más relajada, Kylie vuelve a cambiar, entrelazando
estos sonidos con producciones más pop y menos dance. Aquí nos encontramos con Live
A Little y Shelby ’68, dos temas más animados que hablan de dejar
las preocupaciones y vivir. Es esta la representación de la moraleja que
explica en el precioso Radio On. Porque cuando la noche acaba y la
fiesta está en su punto más bajo, ella pone la radio y una canción vuelve a
llenarla de energía. Para ella, la música sana.
Podrá estar en
momentos mejores o peores, pero para nosotros Kylie siempre será Afrodita,
diosa del amor. El dorado, además, es el color de la
divinidad. Es por eso que en Love nos trae un alegato en forma de
canción pop rock bastante sencillota, en el que nos anima a buscar el amor en todas sus formas,
porque el amor nos hará libres.
Aunque, sin duda, es en Raining Glitter donde brilla con luz
propia en una producción algo retro. Un tema bailable muy gay en el que trae un
mensaje similar a Dancing, solo que esta vez no habla solo de ella, sino
también de sus fans. Ellos, al igual que Kylie, dejan una estela de confeti
dorado por donde pasan. Uno de los mejores tracks del álbum que además homenajea a esa relación tan estrecha que se crea entre la cantante y el público.
Y llegamos al final del álbum, con la colaboración de Jack Savoretti,
en un tema algo demasiado lento para mi gusto. Music’s Too Sad Without You
es un cierre bonito, en el que sigue hablando con sus fans y les dedica el
disco, porque han sido ellos los que le han dado esa luz que le hacía falta
tras esa fase más oscura de su vida.
Por suerte, tenemos los bonus tracks que levantan el final de Golden.
Es aquí donde Kylie no se preocupa tanto en mantener el sonido del álbum,
aunque eso no quiere decir que no sean muy buenos temas. Tanto Lost Without
You, como Every Little Part of Me o Rollin’ son canciones que podrían
haber estado perfectamente dentro de la edición normal si no fuera por el cambio en la
producción o porque ya hay otras canciones que cumplen ese mismo perfil.
Kylie cumple 50 años y 14 discos en
su carrera. Golden sí representa el atardecer de la cantante,
pero es un atardecer dorado, porque es en ese momento del día cuando la luz del sol
brilla más intensa, cálida y llena de color. En el atardecer, además, las sombras se hacen más visibles y es por eso que necesariamente en este álbum también se tenía que hablar de los momentos no tan buenos, aunque quizás se echan en falta letras algo más
oscuras.
Golden es un álbum con una apuesta de sonido
clara, que busca tomar la instrumentación orgánica del country y fusionarla con
la música de bailable de Kylie. Una mezcla que suena muy bien, aunque
no sea nada que Avicii, que nos dejaba esta semana, no haya traído antes. Habría sido muy interesante
utilizar ese recurso también para conseguir baladas emocionales que
enriquecieran el tracklist aunque, quizás, no sea eso lo que Minogue busca.
Quizás Kylie no quiera dedicar más tiempo a lo negativo y simplemente busque
llevar su positivismo dorado a todo aquel que se haya sentido como ella;
sanarles con sus canciones mientras la música le sana a ella.

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