Análisis de E·MO·TION de Carly Rae Jepsen: Pura química




Una emoción es una respuesta química del cerebro, una adaptación a un estímulo externo. Es algo que no pensamos, no hay una reflexión detrás, surge espontáneamente porque algo lo provoca.


Carly Rae Jepsen lanzó su tercer álbum E·MO·TION en 2015. Aunque para el resto del mundo sea el segundo, dado el boom que supuso Call Me Maybe, y con la consiguiente fama de only hit wonder que ha arrastrado desde entonces. El disco llegó al puesto 16 de Billboard y tras cuatro semanas salió fulminantemente de la lista.

La concepción que yo tenía de Carly entonces no era excesivamente buena. Realmente, no era. Pero lanzó el primer single, I Really Like You, un tema pop tan chicle como nos tenía acostumbrados, pero esta vez algo más ochentero, con Tom Hanks marcándose un lipsync. “Lo ha vuelto a hacer”, pensé. En el sentido de que había lanzado de nuevo un hit sin demasiada pretensión, pero tremendamente pegadizo. Mi sorpresa llegó después, cuando me animé a escuchar el disco entero y me di cuenta de que su propuesta iba más allá.

E·MO·TION va de sentir emoción (obvio), en el sentido de nervios, euforia. Imaginaos que tomarais esa sensación que os provoca Green Light de Lorde y la convirtierais en un álbum completo. Es así como me siento cuando escucho el saxofón de Run Away With Me y me dan ganas de dejarlo todo y escapar con Carly muy lejos. El ritmo marcado, cómo va acelerando y el golpe que anuncia el estribillo. Todo en esta canción es un temazo.



Tanto Emotion como Let’s Get Lost o Making The Most Of The Night siguen la estela de las dos canciones promocionales, con ese estilo desenfadado, pero llenos de detalles en la producción. Aunque la cantante no da puntada sin hilo y ya nos deja caer que ella no es una simple flor en el muro, que va a crecer y crecer en nuestra cabeza. Y es que si algo demuestra Carly canción tras canción es que es muy buena compositora, quizás no con profundos mensajes que nos vayan a cambiar la vida, pero sí con letras cuidadas que se quedan en la cabeza y no se van.

Esta es la base del pop, y aquí hay mucho de eso. Un estilo tan escuchado y a la vez tan poco valorado. Y, sin embargo, la cantante no tiene complejos en abrazar este género y elevarlo a una categoría superior. Boy Problems, sin ir más lejos, una composición en la que ha colaborado con Sia, habla de que está cansada de los problemas de su amiga. Como si nos hablara a nosotros y nos dijera que dejemos de ser tan intensos y bailemos.

Esta es la clave de que Number 1 Angel sea un mixtape tan disfrutable. El pop por encima de todo, dejando las pretensiones a un lado. Porque hay veces que se nos olvida que la música también es para disfrutarla. La diferencia con la propuesta de Charlie XCX es que E·MO·TION tiene una propuesta completa, con un sonido que lo caracteriza. La producción está pensada y muy trabajada.

Sonidos de los 80 inundan todo el álbum con referentes claros como Madonna o Prince, incluso Born This Way de Gaga si vamos a algo más actual. De esta forma tenemos canciones tan interesantes como When I Needed You, o Your Type o la fantástica Gimmie Love.


 Y otras más lentas como All That y Warm Blood, muy sensual tanto en instrumentación, como la interpretación de la cantante, los dos grandes pilares del disco. Una muy grata sorpresa que dice mucho del talento de la cantante y de lo que es capaz de hacer.

Pero aunque E·MO·TION sea un álbum muy referencial que toma ideas de los 80, está lejos de sonar desfasado. La electrónica que se ha usado en la producción es muy actual, también con elementos de los 90, y así podemos escucharlo en LA Hallucinations y en la fantástica I Didn’t Just Come Here To Dance, injustamente relegada a bonus track. Esta última es un hitazo como pocos se han lanzado últimamente.

Aunque a veces pueda parecer más niña, a sus 32 años, Carly Rae Jepsen sabe muy bien lo que hace y a donde quiere llegar. Como tercer álbum, la cantante no se limitó a lanzar un single pegadizo, sino que nos trajo una propuesta completa en la que toma el pop bien hecho como bandera y sin prejuicios. Como he dicho, la producción ochentera y su interpretación son las bases de E·MO·TION.

Quizás pueda sonar similar en algunos tracks, pero en mi caso, este fue el click que necesitaba para apreciar a la cantante más allá de un hit exitoso. Al comenzar Jepsen nos anima a escapar y eso es lo que consigue. Nos traslada a una pista de baile en la que lo damos todo, nos olvidamos de los problemas, bebemos, ligamos y nos dejamos llevar.

Porque, como dice Jepsen en el track que da título al álbum, está hablando de sueños, de fantasías y de sentir. En E·MO·TION no cabe pensar y por si no nos queda claro, lo silabea: no busques mensajes grandilocuentes ni nada que sea pretencioso, Carly solo busca pura química, pura e-mo-ción.  


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