Análisis Bionic de Christina Aguilera: Tras la super mujer




La ingeniería biónica es la disciplina que busca unir sistemas biológicos y electrónicos para crear desde prótesis hasta robots híbridos. En la teoría, usar esta tecnología en el ser humano puede estar motivado por dos razones. Una es dotarnos de habilidades con las que no contamos por naturaleza, lo que nos convertiría en superhumanos. Y otra, es suplir carencias que nuestro cuerpo ha adquirido, ya sea por un accidente o por cualquier otra razón.

Christina Aguilera lanzó Bionic como su cuarto álbum de estudio, aparcando lanzamientos navideños y otros extras. Después de Back To Basics y un grandes éxitos, la cantante volvió envuelta en polémica y acusada de copiar a la que era la artista emergente del momento, Lady Gaga.
Aguilera nunca ha sido alguien a quien le guste pasar desapercibido y con su primer single, Not Myself Tonight, no iba a ser menos. Ahí podíamos verla con su traje de cuero y pestañas estratosféricas dispuesta a arrasar con todo. Pasábamos del soul y el R&B old school a una electrónica muy cañera. “I'm doing things that I normally won't do. The old me's gone”. La Christina que todos conocíamos se había transformado.
Si algo era Bionic era una apuesta decidida en sonidos. Una obra consciente del camino arriesgado que estaba tomando. Que cogía la electrónica que estaba llegando al pop en ese momento y la llevaba al extremo, sonando mecánica e incluso industrial.
Comenzaba con el tema que da título al álbum, invitándonos a un viaje y que ya nos avisaba de que algo diferente venía: “Are you ready to go?”. Una canción que mezclaba esta electrónica con ritmos latinos. Una adelantada a su tiempo sin duda, que conectaba la música contemporánea con las tendencias que aparecerían más adelante.
Siguiendo esta estela de sonidos industriales tenemos tracks como Woohoo con la gran Nicki Minaj o Prima Donna. Trallazos que se fusionan con sonidos que podíamos escuchar en Rated R de Rihanna con esa épica y ese peso en la producción del R&B de los 2008 y 2009. Super-Christina había llegado con todo.


Cuando se apuesta por sonidos tan marcados, se puede caer en el error de sonar repetitivo, pero la cantante supo dar variedad a su obra en Elastic Love o Desnudate. Los dos son temas muy sexuales, uno jugando con sonidos que recuerdan a la elegancia de Kylie Minogue y otro volviendo a ese lado latino que siempre ha acompañado a la cantante.
Y es que conforme vamos avanzando por Bionic, nos damos cuenta de la estructura del álbum y cómo la electrónica representa la potencia, la fuerza y el poderío de Christina como mujer. Aquí es donde aparece el final de la primera fase, con Love and Glamour, Glam y Prima Donna, que nos hablan de que la moda es un estilo de vida. Es decir, cierra esta mitad de álbum con temas que se centran deliberadamente en el exterior y la apariencia y lo elevan a una categoría superior.
Es importante marcar esta diferenciación porque es aquí donde el disco da un giro de 180 grados. Al igual que Beyoncé hizo en 2008, Aguilera partió en dos su disco, con una parte totalmente cañera y petarda y otra íntima y personal. Su particular I Am… Sasha Fierce. Qué casualidad que Queen B también utilizara una mano biónica para simbolizar esta dualidad.  
Es por eso que tras Prima Donna pasamos a un ciclo mucho más calmado. Aún teñido con pequeños detalles electrónicos, seguimos teniendo a una Christina muy sexual, pero nada tiene que ver con la que interpreta Desnúdate. Aquí la cantante habla de sexo, sí, pero lo hace desde la intimidad, ya con su escudo biónico desactivado. Es después de esta canción cuando realmente se desnuda, como una vez hizo en Stripped, y deja salir a la Christina más humana tras la máquina.
Es esta Christina la que tiene inseguridades, la que tiene malos momentos como cualquier ser humano y necesita pedir ayuda para levantarse, como canta en Lift Me Up.  Es esta balada soul la que da paso a su corazón, al centro del ser que representa Bionic.


Aquí es donde aparece la voz de su hijo no solo porque es lo más íntimo de su identidad, sino porque es la parte que más la separa de ser una máquina, la habilidad de crear otra vida. Esto da pie a temas tan delicados y con tanto gusto como All I Need y la preciosa I Am. Es aquí donde aparece su verdadero yo, con sus inseguridades y sus carencias. Ya no hay rastro de electrónica del comienzo, toda la producción es orgánica.
Esta fase más vulnerable termina con You Lost Me, porque al igual que a cualquier otra persona, hay cosas que le salen mal y gente que le falla. Es esta la motivación que le hace volver a salir ahí fuera y transformarse de nuevo. Porque la veamos convertida en superhuman, también tiene carencias que intenta suplir. La diferencia, es que ahora en su interior hay vida gracias a su hijo.
I Hate Boys retoma la Christina potente del principio aunque sin tanto acierto. Cosa que sabe arreglar en My Girls, un tema muy petardo que me recuerda a la fusión de Elastic Love. Y cerramos con Vanity, volviendo a centrarnos en la apariencia, en el exterior como protagonista de todo.
Bionic es uno de los álbumes más conceptuales de la carrera de Christina Aguilera. Si con Stripped jugaba con ese doble sentido de la desnudez, tanto externa como interna, aquí hace un juego similar, pero llevándolo al extremo. Toma las bases del álbum de Beyoncé para hablar de Christina como popstar, como mujer llena de potencia que arrasa con todo y a la vez como ser humano que ama, sufre y tiene debilidades. (Como veis, nombro a muchas cantantes, pero en ningún momento referencio a Lady Gaga, a pesar de las críticas que surgieron en su momento). Un ser biónico que sale al escenario lleno de energía, pero que luego se despierta cada mañana como cualquiera de nosotros. Algo que representa muy inteligentemente como un ciclo que se repite, como si fuera algo que ocurre cada día.
Gracias a esto, tiene la oportunidad de experimentar con una electrónica muy marcada y sonidos industriales en una primera fase y luego cambiar a elementos más orgánicos y ritmos más soul. Precisamente por lo decidido y arriesgado de su propuesta, quizás con un contraste demasiado marcado, es normal que Bionic no convenciera a muchos. Además de que se hace excesivamente largo y algo repetitivo en letras. Pero es una pena que, con lo interesante que era su concepto, Christina no tuviese la oportunidad de sacar todo su potencial a nivel visual. Ahí queda en cualquier caso su legado, con un Reputation partido en dos en el que Taylor Swift sí que ha podido venir como una Terminator a arrasar con todo y a preguntarnos, como ya lo hizo Aguilera hace ya ocho años: “¿Estáis preparados?”.

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