La acción de mirarse en un
espejo provoca sensaciones totalmente diferentes en cada persona. Depende de la
percepción que tengamos de nosotros mismos y, por supuesto, de la opinión que
creemos que los demás tienen de nuestra imagen. Es curioso, además, como la
cantidad de tiempo que nos pasemos mirando, modifica esa percepción, viendo
fallos en un primer momento, pero que asumimos e interiorizamos después. Entrar
en consonancia con esa imagen es uno de los procesos que ocurren cuando una
persona va madurando.
The xx apareció en el
panorama musical en 2009 con su genial disco xx. Muchos años son los que han pasado desde ese debut y, sobre
todo, son muchos los acontecimientos que han vivido desde entonces. Desde la
salida de una de las integrantes en sus inicios, la creación tortuosa de Coexist, su segundo disco, y el
distanciamiento de sus componentes Romy, Oliver y Jamie.
Es importante tener en
mente el camino que el grupo ha recorrido, porque representa claramente la evolución
que ha sufrido su música. La portada de xx
es totalmente negra con su X característica en blanco. Porque, como ya dije de Pure Heroin, para un adolescente no
existen los grises ni los puntos intermedios. Este disco es el más oscuro de
todos, que tiene continuación en Coexist,
con los colores invertidos. Aquí la X se disuelve, teniendo ciertos toques de
color que distorsionan el símbolo. Y cinco años desde entonces, llegamos a lo
que es la portada de I See You, una
formada totalmente por espejo.
Todavía no sabemos qué es,
pero algo ha cambiado en el grupo. No es casualidad que lo primero que
escuchemos del álbum sea la potencia de unas trompetas al comienzo de Dangerous. Un tema muy cañero, con
ritmos marcados y elementos electrónicos, muy diferente al sonido tradicional
de la banda. “Dicen que eres peligroso, pero no me importa”. Haciendo
referencia a una relación, pero también a este cambio de sonido, a ser
valientes y arriesgarse.
Es esta producción, mucho
más electrónica, la que escuchamos en Say
Something Loving o A Violent Noise.
En la primera escuchamos un tema que toma la fuerza del comienzo y la convierte
en una carta de amor. Lo que contrasta con la violencia de la siguiente, en la
que la electrónica va creciendo, formando toda una atmósfera alrededor de las
voces de los cantantes.
Este cambio de rumbo no se
entiende sin ese parón tras Coexist.
Durante esa etapa, Romy encontró el amor con su prometida y, lo que es más
importante, Jamie xx empezó su camino en solitario. El productor lanzó su
aclamado álbum In Colour. El LP
podría considerarse como el tercer paso en la carrera del grupo, ya que en él
encontramos colaboraciones con los dos cantantes. Sin embargo, al no estar
firmado por The xx, Jamie no tuvo que verse atado a ningún estilo predeterminado,
y mucho menos a las expectativas del público. Cargas muy pesadas que tuvieron
que arrastrar durante la composición del segundo disco. Esto le permitió
experimentar y demostrar su talento como productor, tocando sonidos mucho más
electrónicos, alejándose del minimalismo de xx
y Coexist. Curiosamente, la portada
de este álbum sigue la línea gráfica de The xx, solo que en vez de aparecer una
X completa, solamente aparece una de sus cuatro patas sobre un abanico de
colores, como lo que ocurre cuando un haz de luz blanca choca con un prisma. Se
multiplica.
A raíz de esto, y al ver
todo el potencial de Jamie, la apertura en sonidos de The xx era un movimiento
lógico y, si me permitís, obligado. Porque temas como Dangerous no se entienden sin otros como Sleep Sound. La voz de Jamie ahora se ve mucho más marcada, con
instrumentales más reconocibles y samples de otras canciones.
Es en este punto donde,
además, se atreven a ser más sexuales. Lips
es una de las canciones más sexys de toda su discografía y utiliza elementos tropicales
similares a Dancing In Circles de
Lady Gaga. Y I Dare You, que es
juguetona y rítmica, algo que combina genial con la interpretación de Romy y
Oliver.
Porque si algo se respira
en I See You es liberación.
Liberación para hablar de los problemas sin tapujos y admitir errores del
pasado. Performance es un claro
ejemplo, en la que podemos ver cómo tuvieron malos momentos en el final de la
era Coexist. Y cómo las expectativas
entre ellos hicieron la herida más profunda. Algo que queda bien claro en la
genial On Hold, que respira buen
gusto en los ritmos, en la producción y en la métrica a la hora de cantarla.
Pero, como digo, I See You es un disco positivo, uno que
se proyecta hacia fuera, en vez de la introspección de los primeros. Y es que la
forma de superar muchos de estos problemas ha sido la amistad entre los tres
integrantes de The xx. Sin esta confianza no se habrían atrevido a experimentar
con sonidos tan diferentes como en A
Violent Noise o en Seasons Run,
con el country; una muy buena sorpresa, por cierto. Test Me es la
representación de esta amistad. Y es curioso cómo han querido que sea la más
pausada y trascendental del álbum.
Cuando parecía que el
sonido de The xx, aunque a mí me encante, no tenía mucho más recorrido que el
que ya habíamos visto, el grupo nos trae I
See You. El minimalismo da paso a la mano de Jamie, que respeta las bases,
pero enriquece de una manera brutal su propuesta como grupo. Es esta libertad
la que se respira en todo el disco.
Con este álbum The xx han
pasado de centrar su mensaje en la oscuridad de su interior a abrirse y a
reflejar el exterior, madurando y siendo libres para experimentar, sin dejarse
arrastrar por las expectativas del público. El significado que dan a I See You es similar al de la película
de Avatar, “ver” como equivalente de “conectar”. Irónicamente es ahora, cuando
miran hacia fuera, cuando más sinceros suenan en sus letras para hablar de sus
sentimientos. Ahora es cuando más nos vemos reflejados en su música, porque
ahora es cuando más conectados se sienten como grupo, lo que hace también que nosotros
conectemos con lo que nos están contando.

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