Hablemos de la necesidad que tiene la música de Leona Lewis

Hola poperos de la vida. Con tantas ausencias, retornos y filtraciones se nos ha pasado una de las mayores voces que ha dado la industria en mucho tiempo. Sí, por supuesto me estoy refiriendo a Leona Lewis. 





Esta cantante británica ganó la tercera 
edición de The X Factor UK y, nada 
más salir, triunfó a lo grande con 
Bleeding Love. Este fue el primer 
single de Spirit, su disco más 
vendido hasta la fecha. La manera 
de cantar de esta mujer es única, 
con esos agudos y esa potencia. 
Gracias a eso, fue durante unos 
años la abanderada de las
baladas trayéndonos grandes 
temas como Better In Time
I Will Be o el fantástico Happy


Este último abrió la puerta a un tremendo disco como es Echo, pero a su vez a su caída. Este álbum de estética mucho más clara que el anterior nos dio canciones como I See You, BSO de Avatar o My Hands, BSO del videojuego Final Fantasy XIII. Incluso se atrevió a experimenta con Outta My Head, un tema más cañero, que a mí, personalmente, me gustó bastante. Sin embargo, su calidad no significó una gran cantidad de ventas, ya que, después de la primera semana, la demanda cayó en picado. 





Debido a esto, tuvo un periodo en el que experimentó lanzando singles  y un EP: Hurt, el problemático Collide, que le trajo conflictos legales con Avicii, y Troubleuna canción rechazada por Emeli Sandé y primer single de su siguiente trabajo. 

Después de esto llegó su tercer álbum, Glassheart. Un disco un tanto diferente con canciones de su estilo y mucha experimentación para -supongo yo- ver por dónde seguir en un futuro. La promoción de la discográfica fue nula; solo hace falta ver el videoclip de Lovebird que, aunque resultón, contó con un presupuesto ínfimo. Este segundo y último single single volvía un poco a los orígenes de la cantante. 



Leona cada vez estaba más disgustada con la discográfica y con ella misma. No voy a entrar en problemas personales, pero además de un accidente montando a caballo, estuvo deprimida un tiempo. Por eso no sé qué vino antes, pero el año pasado lanzó un disco navideño bastante divertido, supongo yo, para terminar con el contrato con su discográfica. 

Hace unos meses, ella misma desveló que terminaba con la discográfica de Simon Cowell y se pasaba a Island Records, empresa que cuenta, por ejemplo, con Iggy Azalea. Y os preguntaréis, ¿ahora qué? Bien, la cantante subió hace unas semanas un adelanto de una nueva canción. Tengo miedo. En mi opinión Leona Lewis debería volver al sonido de Spirit y Echo y evolucionar con él. Sin embargo, ese sneapet me sonó muy pero que muy parecido a Adele. Tengo miedo porque es posible que la discográfica haya asociado buena voz y acento británico y quiera tener su propia Adele. 



Voy a darle un voto de confianza, porque la experimentación es buena y porque, vamos a ser francos, no suena nada mal. Espero que, de todas formas, podamos tener a la nueva Leona y a la antigua y que si sigue el camino de Adele, sepa llevárselo a su terreno. Porque la industria necesita una gran baladista, necesita a Leona Lewis. 

Pequeño inciso: si os interesa que analice discos que se lanzaron hace un tiempo, podéis pedírmelo por redes sociales. Si veo que tenéis interés, lo pensaré.






Comentarios